viernes, 7 de marzo de 2014

VIOLENCIA OBSTÉTRICA


Desde aquel octubre de 2013 en que dio la vuelta al mundo la escalofriante imagen de Irma López Aurelio en cuclillas dando a luz en el jardín de la clínica de Jalapa de Díaz en la cuenca, hasta el reciente caso documentado de Laura Jarquín Reyes, quien al filo de la media noche del 18 de febrero diera a luz en el patio de la clínica de Manialtepec, en la costa, han acontecido ocho casos en nuestro estado.


Hoy conmemoramos el Día Internacional de la Mujer y han sido ocho casos en siete meses. Pueden parecernos demasiado, pero si pensamos en que estos ocho son solo los que alcanzaron a llegar a los medios de comunicación, las estimaciones son para dejarnos horrorizados.


¿Por qué hasta ahora conocemos de estos casos? ¿Es que recientemente comenzaron a darse alumbramientos en estas condiciones? Definitivamente no. Es una realidad que ha acompañado a nuestras comunidades, al ritmo de su desgracia.


Estas mujeres han tenido el infortunio de parir en el patio de su clínica ¿Y las que no tienen una clínica cerca? Entre la insuficiencia de los presupuestos, la corrupción a la hora de ejercerlos, la mala toma de decisiones, el burocratismo y la negligencia, lo que debía ser un acontecimiento especial que acompañe al recibimiento de un nuevo habitante, se convierte en un calvario donde la mujer cede su lugar preponderante a los “profesionales de la salud”.


Nada más emblemático de la condición actual de las mujeres en muchos ámbitos de la vida: la de agentes pasivas.


Encontré un texto muy interesante escrito por la Directora del GIRE (Grupo de Información en Reproducción Elegida) publicado en la última entrega de Foreign Affairs Latinoamérica. He dereconocer que sin ser experto (no se necesita ser experto para ser solidario) me sacudió desde su título: “Violencia Obstétrica”.


¿Acaso existe? Pregunté hacia mis adentros. Nunca había pensado en ello. Buscador ávido de conocimiento, nunca me había encontrado con la violencia obstétrica en mi búsqueda. Y de todo el texto me quedo con una frase: “La violencia obstétrica existe desde que se adoptó la costumbre de que los partos ocurrieran en centros de salud en lugar de casas”.


El parto dejó de ser algo natural, para convertirse en una práctica médica; el parto se institucionaliza y los protagonismos se trastocan. La mujer ya no es el centro del alumbramiento, ahora son los médicos.


Si, de acuerdo al INEGI siete de cada diez mexicanas mayores de 15 años han tenido al menos un hijo vivo, calculemos la magnitud del universo de mujeres susceptibles de sufrir violencia obstétrica.


Pero ¿qué es pormenorizadamente la violencia obstétrica? De acuerdo al mismo GIRE es una forma específica de violación a los derechos humanos y reproductivos de las mujeres, incluyendo los derechos a la igualdad, a la no discriminación, a la información, a la integridad, a la salud y a la autonomía reproductiva. Se genera en el ámbito de la atención del embarazo, parto y puerperio en los servicios de salud -públicos y privados- y es producto de un entramado multifactorial en donde confluyen la violencia institucional y la violencia de género.


Pero ¿de qué sirve esta definición cuando en México la legislación federal no es explícita sobre violencia obstétrica como en Argentina o Venezuela? ¿De que nos sirve en Oaxaca, cuando sólo Chiapas, Guanajuato, Durango y Veracruz tienen definiciones de violencia obstétrica en sus legislaciones?


El Partido Verde Ecologista de México va a buscar que a través de nuestro diputado local Carlos Vera Vidal, Oaxaca cuente con una legislación de avanzada que defina y hasta contemple la Violencia obstétrica como delito que amerite privación de la libertad. Quienes quieran ayudarnos, son bienvenidas y bienvenidos.


Estos casos seguirán aconteciendo con la misma frecuencia en tanto los ciudadanos no tomemos en nuestras manos la parte de responsabilidad que nos corresponde. Oaxaca necesita mpas que nunca a sus feministas que al fin y al cabo como escribieron Htun, O´Brien y Weldon: “… un factor fundamental y constante que rige el cambio de las políticas es el activismo feminista, cuya función es más importante que la de los partidos de izquierda, las legisladoras e incluso que la riqueza nacional”.



*Delegado Nacional del Partido Verde Ecologista de México en el Estado de Oaxaca

@MoisesMolina
moisesmolinar@hotmail.com

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